David Hellín
Soluciones de Profesionales para Profesionales

La gran mentira de los padres en internet: “Yo es que de esto no sé”

09/11/2018

“Yo es que de esto no sé”, “quiero ayudar a mis hijos pero no entiendo en qué mundo se mueven por internet” y “me pierdo en las redes sociales” son tres de las frases más habituales que oímos al tratar con padres de niños y adolescentes, esto no es realmente así. Las diferencias entre el mundo que vivimos nosotros antes de internet y el que viven nuestros hijos inmersos en las nuevas tecnologías no son tan grandes, y podemos seguir utilizando nuestro conocimiento y nuestra experiencia para ayudarles. 

Entre los problemas que más nos comentan los padres sobre las posibilidades y las barreras que encuentran al aconsejar a sus hijos en el uso de internet es muy normal aludir a la desconexión o la brecha digital existente entre ellos. La sensación de estar hablando de un mundo que no conocen, donde no se sienten cómodos y donde creen que sus hijos saben más que ellos es una constante.

Pero debemos recordar que esto no es exactamente así y que hay que poner en valor algo en lo que sí pueden encontrar el punto de apoyo, su experiencia vital.

Los problemas a los que se pueden enfrentar nuestros hijos en el uso de internet no son tan diferentes de los que podrían encontrar en la calle o de los que podríamos haber tenido que afrontar nosotros a su edad sin tener acceso a internet. Y obviamente, si no existen grandes diferencias en los riesgos tampoco las hay en cuanto a cómo actuar para prevenirlos y solucionarlos, al igual que no las hay en las estrategias que podemos utilizar para concienciarles sobre estas situaciones.

Así, uno de los riesgos que más preocupan y vemos en las noticias de actualidad es el acoso entre iguales, el conocido como bullying o ciberbullying cuando se usan medios tecnológicos (ver esta guía). En esencia se trata de un acoso o abuso como los que pueden darse sin el uso de la tecnología o como los que pudimos vivir y presenciar nosotros en nuestra juventud. Los insultos y amenazas siguen siendo insultos y amenazas, se den en internet o cara a cara.

Igualmente, las pautas de comportamiento para solventar estas situaciones son similares a las de siempre (contactar con el agresor, acudir a un adulto con autoridad como pueden ser padres y profesores, y en último término denunciar ante la policía), únicamente debemos pensar que hay ciertas peculiaridades que debemos conocer pero que son bastante lógicas.

Así, si el acoso en lugar de darse en un espacio acotado, como puede ser la escuela, se realiza a través de medios como internet, obviamente el sufrimiento del mismo en lugar de acotarse al tiempo en que se permanece en la escuela se podría extender a cualquier momento en que se esté usando internet, en resumen, en cualquier momento. Además, y dado que la información en internet llega a más personas y puede ser difícil de eliminar totalmente, la repercusión puede ser mayor y más duradera.

Pero como podemos ver las diferencias entre un acoso utilizando las nuevas tecnologías o a la vieja usanza no son sustanciales a la hora de ayudar a nuestros hijos o instruirles. Igual que ocurre con los problemas derivados de publicar información privada (dónde vives, tus horarios, etc.) en internet o contársela en la calle a cualquiera, el contacto con desconocidos en un chat o en un parque, compartir secretos o confidencias con otros por WhatsApp o en una conversación telefónica…

Imagen de padre con sus dos hijos viendo una tablet

Por eso debemos recordar que en la mayoría de las situaciones a las que se enfrenten nuestros hijos no importa realmente conocer Facebook, Twitter, SnapChat o la aplicación que esté de moda en ese momento, simplemente hay que tener un grado de madurez y saber actuar, y en eso nosotros podemos ayudarles a actuar mejor de lo que harían por su cuenta.

Esa es la principal razón por la que debemos establecer una relación de confianza en la que ellos sepan que pueden acudir a nosotros, que aunque no conozcamos los detalles o el vocabulario específico sabremos ayudarles.

Claro está, las estrategias para conseguir esa confianza no son simples y frases típicas como “te lo dije” o “crees que nos chupamos el dedo y que tú lo sabes todo” no suelen ayudar, hay que tratar de ser más constructivo y evitar los aspavientos y la sobreactuación, mantener la calma es esencial. Pero en cualquier caso debemos olvidarnos de una vez del “yo de eso no sé” y centrarnos en más en el “algo parecido me pasó a mí cuando…”.

Para ello, unas pautas concretas sobre cómo establecer esta confianza y hábito de comunicación con nuestros hijos podrían ser:

  • Intentar hablar regularmente (¿cada semana?) con ellos sobre lo que ven en internet y preguntar su opinión, lo que más les gusta…
  • Intentar que nos comenten las nuevas apps que han descubierto o que usan con su grupo de amigos, y que nos digan qué es lo que las hace diferentes.
  • Preguntar sobre los amigos con los que charlan o están online ¿son los mismos que fuera de internet? ¿les conocemos?
  • Aprovechar las noticias sobre problemas online o situaciones llamativas para que nos digan cómo actúan ellos o cómo lo ven.
  • Tratar de conocer los problemas que se encuentran en internet, ellos o alguien que conozcan, y cómo reaccionan ante ellos.
  • Mantener la calma nos digan lo que nos digan, que ellos sepan que en caso de problemas estamos ahí, pueden contar con nuestro apoyo y no se va a acabar el mundo.

Nota de DavidHellin: La noticia es original de OSI

“Yo es que de esto no sé”, “quiero ayudar a mis hijos pero no entiendo en qué mundo se mueven por internet” y “me pierdo en las redes sociales” son tres de las frases más habituales que oímos al tratar con padres de niños y adolescentes, esto no es realmente así. Las diferencias entre el mundo que vivimos nosotros antes de internet y el que viven nuestros hijos inmersos en las nuevas tecnologías no son tan grandes, y podemos seguir utilizando nuestro conocimiento y nuestra experiencia para ayudarles. 

Entre los problemas que más nos comentan los padres sobre las posibilidades y las barreras que encuentran al aconsejar a sus hijos en el uso de internet es muy normal aludir a la desconexión o la brecha digital existente entre ellos. La sensación de estar hablando de un mundo que no conocen, donde no se sienten cómodos y donde creen que sus hijos saben más que ellos es una constante.

Pero debemos recordar que esto no es exactamente así y que hay que poner en valor algo en lo que sí pueden encontrar el punto de apoyo, su experiencia vital.

Los problemas a los que se pueden enfrentar nuestros hijos en el uso de internet no son tan diferentes de los que podrían encontrar en la calle o de los que podríamos haber tenido que afrontar nosotros a su edad sin tener acceso a internet. Y obviamente, si no existen grandes diferencias en los riesgos tampoco las hay en cuanto a cómo actuar para prevenirlos y solucionarlos, al igual que no las hay en las estrategias que podemos utilizar para concienciarles sobre estas situaciones.

Así, uno de los riesgos que más preocupan y vemos en las noticias de actualidad es el acoso entre iguales, el conocido como bullying o ciberbullying cuando se usan medios tecnológicos (ver esta guía). En esencia se trata de un acoso o abuso como los que pueden darse sin el uso de la tecnología o como los que pudimos vivir y presenciar nosotros en nuestra juventud. Los insultos y amenazas siguen siendo insultos y amenazas, se den en internet o cara a cara.

Igualmente, las pautas de comportamiento para solventar estas situaciones son similares a las de siempre (contactar con el agresor, acudir a un adulto con autoridad como pueden ser padres y profesores, y en último término denunciar ante la policía), únicamente debemos pensar que hay ciertas peculiaridades que debemos conocer pero que son bastante lógicas.

Así, si el acoso en lugar de darse en un espacio acotado, como puede ser la escuela, se realiza a través de medios como internet, obviamente el sufrimiento del mismo en lugar de acotarse al tiempo en que se permanece en la escuela se podría extender a cualquier momento en que se esté usando internet, en resumen, en cualquier momento. Además, y dado que la información en internet llega a más personas y puede ser difícil de eliminar totalmente, la repercusión puede ser mayor y más duradera.

Pero como podemos ver las diferencias entre un acoso utilizando las nuevas tecnologías o a la vieja usanza no son sustanciales a la hora de ayudar a nuestros hijos o instruirles. Igual que ocurre con los problemas derivados de publicar información privada (dónde vives, tus horarios, etc.) en internet o contársela en la calle a cualquiera, el contacto con desconocidos en un chat o en un parque, compartir secretos o confidencias con otros por WhatsApp o en una conversación telefónica…

Imagen de padre con sus dos hijos viendo una tablet

Por eso debemos recordar que en la mayoría de las situaciones a las que se enfrenten nuestros hijos no importa realmente conocer Facebook, Twitter, SnapChat o la aplicación que esté de moda en ese momento, simplemente hay que tener un grado de madurez y saber actuar, y en eso nosotros podemos ayudarles a actuar mejor de lo que harían por su cuenta.

Esa es la principal razón por la que debemos establecer una relación de confianza en la que ellos sepan que pueden acudir a nosotros, que aunque no conozcamos los detalles o el vocabulario específico sabremos ayudarles.

Claro está, las estrategias para conseguir esa confianza no son simples y frases típicas como “te lo dije” o “crees que nos chupamos el dedo y que tú lo sabes todo” no suelen ayudar, hay que tratar de ser más constructivo y evitar los aspavientos y la sobreactuación, mantener la calma es esencial. Pero en cualquier caso debemos olvidarnos de una vez del “yo de eso no sé” y centrarnos en más en el “algo parecido me pasó a mí cuando…”.

Para ello, unas pautas concretas sobre cómo establecer esta confianza y hábito de comunicación con nuestros hijos podrían ser:

  • Intentar hablar regularmente (¿cada semana?) con ellos sobre lo que ven en internet y preguntar su opinión, lo que más les gusta…
  • Intentar que nos comenten las nuevas apps que han descubierto o que usan con su grupo de amigos, y que nos digan qué es lo que las hace diferentes.
  • Preguntar sobre los amigos con los que charlan o están online ¿son los mismos que fuera de internet? ¿les conocemos?
  • Aprovechar las noticias sobre problemas online o situaciones llamativas para que nos digan cómo actúan ellos o cómo lo ven.
  • Tratar de conocer los problemas que se encuentran en internet, ellos o alguien que conozcan, y cómo reaccionan ante ellos.
  • Mantener la calma nos digan lo que nos digan, que ellos sepan que en caso de problemas estamos ahí, pueden contar con nuestro apoyo y no se va a acabar el mundo.

Nota de DavidHellin: La noticia es original de OSI

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