Con la mayor presencia de ordenadores, miniportátiles y tablets en el aula, han surgido nuevas cuestiones, como la de filtrar o no los contenidos de Internet. A continuación veremos distintos tipos de herramientas de filtrado de contenidos aplicables en nuestros centros educativos.
Que levante la mano quien en su centro nunca haya tenido algún “problema” con las visitas de sus alumnos/as a determinadas páginas web poco apropiadas, o simplemente a redes sociales, juegos, vídeos musicales, etc. pero en momentos inoportunos. Esta es una realidad que suele llevar, de vez en cuando, a claustros y equipos directivos a preguntarse e incluso debatir… ¿debemos limitar la navegación por Internet y filtrar contenidos en las aulas?
¿Por qué filtrar?
Lo cierto es que hay argumentos para todos los gustos. Hay quien defiende el filtrado para proteger la red interna frente a posibles virus y troyanos que puedan acompañar a ciertos contenidos, para evitar distracciones y un mal uso por parte del alumnado, o bien para proteger a los y las más pequeños/as de contenidos inapropiados que les han dejado, queriendo o sin querer, sus compañeros/as más mayores.
Por otra parte, hay quien argumenta que las limitaciones y prohibiciones, por sí solas, sólo pueden empeorar las cosas, el/la adolescente se centra en saltarse las restricciones, obviando las tareas productivas, llegando incluso hasta aumentar los actos de vandalismo. Además, este filtrado limita el uso didáctico de Internet en el aula, pudiendo impedir que profesores/as y alumnos/as accedan a ciertos contenidos y servicios con intención educativa.
Funcionalidad vs seguridad
Es fácil entender que cada caso será diferente, luego deberemos analizar la situación presente en el centro, ¿existe ya un problema?, ¿cuán grave es?, ¿cómo reacciona nuestro alumnado ante los límites?, ¿cuál es su nivel de madurez y responsabilidad?, etc., de cara a llegar a una solución de compromiso entre funcionalidad y seguridad, que cumpla con nuestras necesidades y satisfaga en la mayor medida posible a todas las partes.
Herramientas de filtrado
En el mercado podemos encontrar muy diversas soluciones para filtrar los contenidos a los que accederán los y las estudiantes, es decir, prohibir de manera automática su acceso a ciertos tipos de páginas o servicios web inadecuados. Algunos ejemplos:
- Filtrado de los propios buscadores de Internet (ej. SafeSearch de Google y Búsqueda segura de Bing), opciones gratuitas y directamente configurables en cada equipo.
- De los ISP o proveedores de Internet (ej. Movistar Canguro Net Plus, Tranquilidad Orange, Vodafone-Ono Seguridad Total, etc.).
- Herramientas de control parental a nivel doméstico (ej. en la sección de Herramientas de control parental para ordenador/tablet/móvil).
- Herramientas de control de aula (ej. Escudo Web, Insight, iTALC, LanSchool, NetSupport School, Qustodio, Vision Pro) con otras funcionalidades para la docencia.
- Servidores proxy que concentran y filtran el tráfico de Internet del centro (ej. Dansguardian, Squidguard).
- Servidores DNS externos que filtran las direcciones web/URL (ej. GreenTeam, OpenDNS).
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Todas las soluciones son relevantes y pueden apoyar y complementar nuestra labor educativa, aunque como reconocen en algunos estudios como la comparativa de herramientas de control parental SIP-Bench III, aún no son suficientemente efectivas, suelen trabajar mal con contenidos fuera de la pornografía (violentos, de racismo, drogas, autolesiones, anorexia, extremismo, etc.) y suelen funcionar peor sobre la web 2.0, contenidos interactivos y sociales.
¿Cómo funcionan?, técnicas de filtrado
Los dos principales mecanismos que emplean estas herramientas para filtrar contenidos son las listas blancas y negras. Las listas blancas son un conjunto de direcciones web/URL a las que sí está permitido acceder. Cuando se configura esta restricción, cualquier intento de ir a una dirección/URL que no esté en el listado será prohibido. Por tanto es un filtrado más seguro, pero muy limitante y sólo suele ser eficaz en equipos de uso exclusivo por niños/as pequeños/as, donde sus maestros/as configuran un “entorno” de navegación segura sin grandes cambios a lo largo del curso.
Las listas negras son un conjunto de direcciones web/URL a las que no está permitido acceder. En este caso, se permite la navegación libremente, salvo a las direcciones que están en el listado. Una variante consiste en recopilar palabras clave prohibidas, de modo que si aparece alguna de ellas en una web se impide su acceso. Se trata de un filtrado menos limitante, más funcional, pero más inseguro y siempre desactualizado pues es fácil encontrar nuevas páginas web con contenidos similares a las no permitidas. Se suelen emplear en entornos más adolescentes donde necesitan poder buscar y seleccionar información de múltiples fuentes y por tanto las listas blancas no serían operativas.
Complementariamente ya hay herramientas que emplean técnicas heurísticas, es decir, que tratan de identificar patrones en los contenidos de una web que sugieran la posibilidad de que ésta aloje contenidos inapropiados (ej. vocabulario habitual de carácter sexual, violento, racista), e incluso técnicas de reconocimiento de imágenes.
Respuesta educativa
Así pues, parece evidente que además de las herramientas, debemos cuidar una respuesta educativa adecuada en este ámbito, desde la prevención, la preparación de las clases y el control activo durante las mismas. A nivel preventivo conviene trabajar en equipo, empezando desde la tutoría y el resto de áreas, temas como el sentido común, la responsabilidad, la capacidad de análisis, el espíritu crítico, el desarrollo personal, etc.
Preparar las clases siempre es importante, aún más si cabe cuando vamos a utilizar medios tecnológicos. Para aprovechar al máximo el tiempo en el aula de informática/con las tablets, y reducir posibles distracciones hacia contenidos inapropiados, conviene tener muy claras las tareas a realizar, el procedimiento a seguir, los hitos de control y los refuerzos que vamos a emplear durante la sesión, así como la forma de transmitírselo al alumnado.
Por último, desde el control durante las sesiones de uso de ordenadores/tablets, manteniendo una presencia activa en el aula, moviéndonos por ella, interesándonos por los trabajos de cada alumno/a, sus ritmos de trabajo, observando en sus pantallas si hay pestañas en segundo plano en el escritorio, navegador de Internet, detectar movimientos bruscos o repentinos cuando nos acercamos, etc.
Por último os invitamos a compartir con nosotros vuestros comentarios, recomendaciones y experiencias en este sentido, pues pueden ser muy enriquecedoras para toda la comunidad educativa. Gracias de antemano por vuestra colaboración.
Nota de DavidHellin: La noticia es original de OSI